18 de marzo de 2015

Una Rosa sin Espinas



¿Qué pasa cuando te enamoras de una rosa sin espinas?
Una rosa blanca, abierta en las cuatro estaciones, de tallo firme y pétalos abundantes.
Una rosa resistente al frio del invierno y al ardiente sol del verano.
Una rosa con las lagrimas de sangre que nunca podrá derramar.
Ese tipo de rosa que suelta un dulce aroma veinticuatro horas al día,
y que solo con rozar sus pétalos los escalofríos recorren tu espalda.

¿Qué pasa cuando te enamoras de una rosa sin espinas?
Crece el miedo dentro de ti, ¿y si tus espinas dañaran a la frágil rosa?
Te pierdes en la abundancia de pétalos, utilizas el tallo como tobogan.
Y te deslizas tantas veces hasta enloquecer. Porque enloqueces.
Enloqueces de placer escalando una y otra vez el tallo solo para dejarte caer.
Enloqueces con la embriagadora fragancia de su corazón.
Enloqueces de comodidad al dejarte caer entre sus pétalos, dulce cuna de tus noches.
Y, al final, enloqueces de necesidad.

¿Qué pasa cuando te enamoras de una rosa sin espinas?
Te perderas a ti,
y la perderas a ella.



2 comentarios:

  1. Ay, este texto me encanta. Es precioso... *-*

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    1. Gracias Maat, me alegra que te guste :-) Espero verte más por aquí;

      Vanclaise.

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