15 de octubre de 2014


                                    


Rómpeme. Ven y rómpeme. Lo necesito.
Quiero sentir tus manos agarrando cada uno de mis puntos débiles, separando los huesos, estirando la piel. Quiero esas líneas rojas que significan el paso de tus uñas por mi espalda.

Puedo admitir que eres mi debilidad, que fuiste mi debilidad,
que me quitas el sueño, que me quitaste el sueño.

Porque ya no es así, y por eso quiero que vengas y me rompas, porque no creo que nadie se merezca ese privilegio tanto como tú. El privilegio de destruirme, de desmontarme pieza a pieza de manera dulce, concisa y lenta. Y si, seria dulce aunque suene a locura, porque serían tus manos las que rozarían todas mis curvas y esquinas, todos los poros de mi piel. 
Tienes que ser tú, no puede ser nadie mas. Y si no te atrevieras, me quedare así, descompuesta, caótica y rota, siendo un ser incompleto en su totalidad. 
Y te he escogido a ti porque sé que nunca mas te acercaras a mi, que nunca me rozaras como antes y mi deseo de descomponerme se funde con el deseo de sentirte una última  vez.



1 comentario:

  1. Me ha gustado mucho, Kat. Expresas muy bien la necesidad de recuperar algo, la sensación de vacío y la disposición a sufrir incluso cuando hay dolor de por medio. Espero poder leer más cositas tuyas, y espero que sigas escribiendo.

    Un frío beso.

    Emily.

    ResponderEliminar