11 de octubre de 2014

Recordar


Hoy he abierto la caja de los recuerdos.

Un corazón de barro que nunca entregue, los planos de un monopatín volador y unas gafas de espía que contuvieran una pantalla de ordenador en las lentes que diseñe un día que me sentía ingeniera. Hace unos meses Google saco sus GoogleGlasses... creo que se filtro la información por alguna parte.
Cartas, montones de cartas. Cartas con mi mejor amiga Momo. Cartas de juramentos para siempre no cumplidos. Nuestros problemas, dudas, amores fallidos y corazones rotos hechos tinta en un papel.
La firma de mi amiga "La Futura Cantante", la llave de mi primer diario que yace en algún lugar del océano Cantábrico, quizás ya deshecho e ilegible.

Tardes en bici y días rebeldes metidas en una bolsa de pañuelos con forma de tapones. Si, tapones. Tapones de las ruedas de coches deportivos con símbolos y formas raras. Ese par de tapones azul plateado que guardaste con cariño y ahora que los ves piensas en esa persona a la que le gustarán.
Una carta escrita al amor de mi vida que no envíe y no quemo porque ahí reside todo mi ser.
Un taco de fotos de la serie que me volvía loca por entonces (Ángel o Demonio) cuando emitían en Tele5.

Esa pulsera que compramos a medias dividida en Yhin y Yhang. Un juramento silencioso de que serias mi compañera. Éramos totalmente opuestos y eso era lo bueno. ¿Qué gracia tenía si éramos iguales? Cuando nuestros temas de conversación se acabaron empezamos a separarnos y la distancia fue abismal para mí. Ahora maldigo el día que desee que estuvieras conmigo en clase. En un arranque de extrema gilipollez salte. Salte para alcanzarte y compartir contigo lo que en un principio teníamos. Caí. En algún punto de esa caída me di cuenta de que no éramos nada y arroje todo lo que significabas para mi al abismo que me engullía. Si iba a caer hasta el infierno que primero llegaran todas tus traiciones antes que yo.

Desde ese día han ido cayendo más recuerdos, la mayoría dolorosos o, si no llegaron a ser dolorosos en su momento, ahora duelen. Duelen al preguntarte, ¿qué salió mal? ¿Fue culpa mía? ¿Tan malo era querer tener algo para mí? ¿Tan malo era querer ser feliz?

Supongo que sí, que era malo. Dicen que ni en un día se olvida ni en dos te enamoras y si eso sucediera, jamás habrías amado y jamás te enamoraras, conservaras el estado de capricho constante y cuando te canses de algo y deje de serte útil pasaras al siguiente engañándote, asegurándote que este será el definitivo.

Ahora esa mitad está al fondo de mi caja donde custodio todo aquello que anhelo y algún día fue importante para mí. Le encontré un lugar junto a las promesas rotas y los posits que otorgaban falsas esperanzas pegados en un despiste a la pantalla de mi ordenador. Esos mensajes de "Te quiero" que me juraste nunca cesarían. Todo se acaba, y es infantil e inmaduro creer que no será así.

Y ahora tú te fuiste por la derecha, yo por la izquierda, pero yo tengo algo en cuenta que a tu vista, posiblemente, haya pasado desapercibido; el mundo es redondo.




3 comentarios:

  1. Muy bonito, lobita. Pero...LAS TILDES!
    (No me odies, porfa, es que es la filóloga mala que llevo dentro...No me mates xD)
    Un besín :D

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  2. Contigo me voy a matar a lagrimas...
    La frase del final me ha gustado mucho, aunque ya la haya visto por alli.
    Un beso.

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    1. Pues espero realmente que no tener el poder de matar a alguien con un texto,
      dejaría de escribir de inmediato, sobre todo si esa persona muere de tristeza.

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